Artículo del presidente Emiliano García-Page con motivo del Día de Castilla-La Mancha
Desde que en 1984 se celebrara por primera vez el Día de Castilla-La Mancha, cada 31 de mayo ha tenido una significación especial. Teniendo en cuenta siempre y por supuesto la diversidad, generosidad, profesionalidad o la constancia que representan las personas y entidades galardonadas en esta celebración y que caracteriza a los hombres y mujeres de nuestra Región.
En este año, el primer Día de Castilla-La Mancha de la nueva Legislatura, destaca el sentimiento general de celebrar a una Comunidad Autónoma que despierta. Una región que genera atención, sorpresa y sana envidia en otros territorios todavía atenazados por los recortes y cuatro años de freno y marcha atrás, y que transmite esperanza, ilusión y ganas de seguir adelante a los castellano-manchegos.
Con ello, hablo de los más desasistidos, los que fueron abandonados a su suerte, pero también los empresarios, los jóvenes, los desempleados y todos los que trabajan y trabajaron sinceramente por una sociedad más justa, equitativa y desarrollada.
No hemos cumplido apenas un año de Legislatura y sin embargo son enormes los cambios, empezando por el cambio moral. La cultura de la negociación y el pacto ha impregnado este gobierno desde sus inicios, y se extiende calmando el oleaje de la indignación, la tristeza y la falta de esperanzas causado por la tormenta de los recortes y la supresión de derechos.
Frente a quienes desprecian la importancia o la necesidad de presentarse ante los ciudadanos con un programa serio, trabajado y creíble, otros iniciamos esta andadura con un programa de gobierno hecho a base de compromisos, con plena conciencia de que cada uno de ellos supone una obligación moral.
Compromisos, evaluables y evaluados en su grado de cumplimiento en contraste directo con los ciudadanos, que nos llevaban a trabajar rápido y en firme sobre tres grandes ejes, confirmados además en el discurso de investidura: recuperación económica y del empleo, recuperación de los servicios públicos y regreso a la normalidad institucional.
Y con un balance realmente sorprendente, sobre todo si se tiene en cuenta que los Presupuestos de 2016 se han aprobado en abril, y que, por tanto, la mayor parte de nuestras actuaciones se ha efectuado bajo el techo de los presupuestos que dejó el anterior gobierno.
Esto nos ha permitido demostrar a todos, y también al resto de España, que la recuperación social, la defensa del sector público, y el cambio de condiciones para la inversión, no están reñidos con el control del déficit y con una gestión respetuosa con el principio de equilibrio presupuestario que impone la Ley.
Por eso, además de despertar asombro de extraños e ilusión de propios, podemos decir que Castilla-La Mancha despierta de su letargo, de su postración, y como una maquinaria que sólo necesitaba engrase y cuidados, se va poniendo en marcha y comprobando que nosotros no entendemos de promesas y sí de compromisos; no entendemos de electoralismos y sí de voluntad por cumplir.
Hoy en Castilla-La Mancha, los colectivos tienen voz en el Consejo de Gobierno, y las localidades capacidad de acoger al mismo, consiguiendo una revisión pormenorizada de sus propuestas y sus demandas. Hoy, en Castilla-La Mancha, los altos cargos hablan, escuchan y atienden a los ciudadanos, a los alcaldes, a las organizaciones, sin entender la discrepancia como enemistad, y hasta el Palacio de Fuensalida vuelve a abrir sus puertas a los ciudadanos.
Hoy en Castilla-La Mancha, se crea empleo público y privado, y encuentran trabajo los jóvenes, los parados de larga duración, mientras se recupera el nivel de atención social a la dependencia y a los grupos en riesgo de exclusión social.
Hoy, en Castilla-La Mancha, se firman protocolos de colaboración, compromisos firmes y transparentes, con las empresas que quieren invertir, crecer y crear empleo.
Los datos están ahí para quien quiera cotejarlos. 2016 ha empezado con un incremento general de nuestras exportaciones, con un incremento de las pernoctaciones de turistas, con un incremento de protección social, y con un incremento en la prestación de servicios públicos esenciales como la educación y la sanidad.
Por eso, creo que podemos estar razonablemente satisfechos por cómo se ha iniciado el partido, aunque queda mucho por hacer y por recuperar. Hay herramientas ya en marcha, y otras que estarán preparadas en poco tiempo, para llevar a cabo las reformas comprometidas que afectan al Estatuto de Autonomía y también al cuerpo de leyes que rigen nuestra convivencia.
Este 31 de Mayo, sin duda, es un Día de la Región para una región que despierta.
Feliz Día de Castilla-La Mancha.
Emiliano García-Page Sánchez
Presidente de Castilla-La Mancha