Unas nuevas elecciones generales se acercan por lontananza y aquí, mire usted, seguimos igual, es decir, pensando en quien o para que votar. Se supone que la democracia significa una persona un voto y la mayoría resultante a gobernar, pero, no, aquí lo de cada persona un voto y la mayoría, que es, o debería ser, la esencia básica de la democracia, se lo pasan por la entrepierna los nuevos señores feudales (léase políticos) de nuestras cada vez mas pobres vidas.
Cuando se abran las urnas, allá el 20 de diciembre de este lamentable año 2015, todos habrán ganado, los que hayan conseguido mayoría de votos y los que hayan perdido, porque para estos últimos existen los pactos y su verborrea consiguiente: “el pueblo ha votado cambio y por eso, con la suma de los perdedores, alcanzamos mayoría y tenemos legitimidad para gobernar”. Con estos argumentos, donde fue a parar la democracia? donde esta el cada persona un voto?. Lo mas lamentable es que ningún partido político quiere cambiar el sistema electoral por la cuenta que les tiene, el hoy por ti, mañana por mi.
Si al menos tuvieran la dignidad de pactar antes de las elecciones, la democracia no se sentiría tan violada.
Julio Barbero Díaz-Peco
Director de La Prensa del Campo de Calatrava