El pasado domingo de piñata, el PP nacional se ha instalado en la descomposición de su máscara en diferido del “no sabemos nada” o “que la justicia haga su trabajo” para comparecer en público la” lideresa más lideresa” de la derecha patriótica y, sin disfraz alguno, sentenciar con “la corrupción nos está matando”.
“Te entiendo”, ha sido el mensaje lacónico de un Rajoy contra las cuerdas de su realidad perfumada de alcantarilla ante una dimisión, la de Aguirre, una de las políticas más activas del PP, que le deja el mensaje de la responsabilidad política. Los argumentos han sido contundentes, lo que le honra, responsabilidad política “in eligiendo” e “in vigilando”.
Toda una bomba de relojería en el despacho presidencial ‘monclovita’ tras rechazar dos veces el encargo de Zarzuela para conformar nuevo Gobierno. Rajoy se va quedando cada vez con más intensidad en el rincón de la soledad parlamentaria, pues nadie quiere juntarse con las “responsabilidades políticas” de Taula, de Gurtel, de Púnica, de Acuamed, etc., no sólo con un tufillo de presunto enriquecimiento personal de sus protagonistas, sino de una presunta financiación irregular partidista que es incompatible con una saneada salud de la vida institucional y democrática.
La Sra. Aguirre, ante su ejemplo dimisionario de “responsabilidad política”, le manda todo un mensaje a su amigo/enemigo Mariano: “Él sabrá lo que tiene que hacer. Este no es el tiempo de los personalismos, sino de los sacrificios y las cesiones”, sobre todo cuando es la Guardia Civil la que “campa” y “manda” en las sedes del PP de Valencia o de Madrid.
Menos mal que la conversación entre Aguirre y Rajoy, para comunicar la dimisión de la primera, solo se ha constreñido a un “te entiendo”, pues habría sido más grave si le hubiera añadido un “sé fuerte, Esperanza”. No es posible en estas condiciones que la derecha oficial quiera envolverse de máscaras y disfraces para no ver la realidad de que en nuestro país gobierna constitucional y legítimamente quien suma apoyos en el Parlamento, no lanzando la típica campaña del miedo ante una realidad política y social distinta que puede y debe ser igual de patriótica y de exitosa que la de ellos, aferrados a unos sillones de confort y juegos de carnaval.
Hay que respetar a sus votantes, que han medido la realidad corrupta de la que habla Esperanza Aguirre sólo parcialmente, pues nunca antes se les habían dado argumentos tan sólidos como los de este domingo de piñata: “responsabilidad por in eligiendo y por in vigilando”. Vamos, por no “enterarse” de nada.
La ‘lideresa’ madrileña es siempre una maga del suspense, de la estética de los tiempos y de la ética política tardona y, quizás, escénica. El futuro dirimirá el acierto de su dimisión o las bambalinas de su jugada. Esperanza, “te entiendo”.
Ángel López Jiménez
Militante Agrupación PSOE Ciudad Real