Escúchame porque las cosas de la gratitud merecen dos entregas: la cobardía es la primera, que quiere decir que vamos a perder el alma sin oponer la resistencia que antaño nos hacía sentir fuertes y estaremos orgullosos de mentir cuando digamos que lo hemos esperado toda la vida. Una vez viste mis párpados entornados pero apenas había superado mis primeros años de adolescencia. Yo no sabía tu nombre y acudimos juntos al teatro. La otra forma parte de todas las cosas que brotan en la memoria cuando esta ya no sirve para nada. Estoy preparado para la oración, aunque nadie me escuche, aunque esta sangre no sea como tu sangre y tus muertos no sean mis muertos, pero esto lo dije en otro poema que no tiene nada que ver contigo.
Jesús Miguel Horcajada García
Escúchame…
