Foto: El Blog de Cruzita
¿Has jugado alguna vez moviendo una mano o un pie para que tu gato los atrape? ¿Le has dejado pelotitas o ratones, pensando que esto fuera suficiente para entretenerle? ¿Has jugado a la lucha con tu gato? O ¿no recuerdas la última vez que jugasteis juntos? Si has contestado sí a algunas de estas preguntas, este artículo es para ti.
Cuando son pequeños, los gatos juegan a luchar entre sí. Pero a partir de los 4 meses su juego principal consiste en simular sesiones de caza. Pueden jugar con simples pelotitas o ratones pero dejar los juguetes en el suelo no suele ser la mejor manera de incitarlos a jugar. Tu gato quiere que estas “presas” se muevan y así poderlas atrapar.
Por eso lo verás intentando “darles vida”, golpeándolas con una pata y si no estás allí para jugar con él, es fácil que pierda rápidamente el interés en los juguetes. En cambio si le lanzas una pelota o mueves un juguete atado a una cuerda, el juego se volverá más imprevisible, entretenido y no podrá resistirse.
Para vuestros momentos de juego, en tiendas especializadas encontrarás juguetes más complejos que las simples pelotitas o ratones, como los del tipo caña de pescar, en los que un objeto, muchas veces con plumas, cuelga de una cuerda enganchada a un palo. Con ellos, un pequeño movimiento del palo por tu parte hará que el objeto corra, salte y se esconda, desatando así el instinto de cazador-juguetón de tu gato.
Sin embargo, jugar con tu gato no quiere decir simplemente mover un juguete. Aquí tienes algunos consejos para lograr momentos de pura diversión juntos:
- Mueve el juguete lejos de su cara y no lo acerques nunca al gato: una presa de verdad nunca lo haría. Si le golpeas con el juguete o lo acercas demasiado a su hocico, el gato se retirará y lo golpeará con la pata… ¡pero no te equivoques! No está jugando: se está defendiendo de una presa que le ataca.
- Deja que atrape el juguete varias veces en cada sesión. Si sus intentos de caza fallan todo el rato, tu gato puede dejar de jugar. Al fin y al cabo, no es muy divertido jugar sin llegar a ganar nunca.
- Evita que persiga el juguete sin parar hasta quedarse sin aliento. En la naturaleza un gato abandonaría la persecución de una presa demasiado difícil de atrapar. El juego del gato es agilidad y estrategia. Se basa en estudiar pacientemente la situación, planificar un acercamiento sigiloso a su presa y esconderse en el trayecto hasta llegar a la distancia ideal para saltar con precisión y atraparla. Para que tu gato quede satisfecho física y mentalmente, el juego tiene que parecerse a una verdadera sesión de caza y lo que hacen las presas de verdad es aparecer, correr y esconderse.
- Prepara el terreno de juego eligiendo una parte de la casa donde tu gato tenga numerosos escondites para acercarse a su presa sin ser visto. También puedes colocar en el suelo cojines o cajas que puedan servir como complemento a su estrategia de caza.
- Mueve el juguete en línea recta, alejándolo de tu gato o moviéndolo trasversalmente. Su velocidad debería alternar movimientos rápidos y lentos e incluir algunas paradas, quedando en algunas ocasiones escondido y, en otras, a la vista.
- No te olvides de despertar el interés de tu gato con el sonido de la presa que huye de su depredador.
- No exageres: si ves que jadea o tiene la respiración pesada, introduce más pausas y juega de forma más suave.
- Deja que disfrute con su habilidad de cazador. Cuando consiga atrapar el juguete, dale unos segundos para que se entretenga con él antes de que la “presa” se escape otra vez. Cuando hayáis acabado, retira el juguete y dale un trocito de comida o la ración que le toca: ¡en la naturaleza la captura de la presa se celebra con una comida!
- Para parar una sesión, en lugar de retirar el juguete de forma repentina, reduce la intensidad del juego de forma progresiva moviendo el juguete como si se tratara de una presa herida o cansada. Esto ayudará a que tu gato acabe el juego más relajado.
- Mantén guardados hasta la próxima sesión los juguetes que hayas utilizado. Para que se entretenga cuando tu no estás, déjale otros distintos, como pelotitas o ratones.
Siguiendo estas simples reglas, tu gato se lo pasará en grande y le ayudarás a mantener su salud física y mental mientras disfrutas viendo cómo aflora su instinto cazador.